Fue como dejar correr el viento y sólo empezar a escribir.


Fue como uno de esos orgasmos intelectuales que sobrevienen sin más tras encontrar la respuesta correcta a una pregunta banal, como un ir y venir de sacudidas sin control que azotan las velas de los desventurados que creen hallar sirenas en los confines del universo de tierras sin fin. Fue como morder el rojo del veneno que atraganta de placer  la tráquea e inunda de fe los pulmones, provocando una respiración profunda que expulsa al Vacío esencias  de colores e infesta los prados con el rugir de la Entelequia. Fue como el dolor de los huesos que temen no llegar a tiempo y perderse la inquietud de unos ojos que anhelan un reencuentro enmarcado en un pasado de imaginación y mentiras que desbordan la agonía por no encontrar un grito que ilumine el cielo deteniendo el pasar de los segundos y aclarando una noche entelada de estrellas que arropan con mimo intereses desmedidos de estómagos que se cierran ante la imagen de un deseo que se convierte en un sentido y que, POR FIN,  te hace sentir.  

Fue como dejar correr el viento y sólo empezar a escribir.

Dice que sólo así sabe explicar lo que siente cuando un buen momento roza su piel. De esos se tienen pocos, pero se tienen. Sólo hay que dejarse llevar y sentirlos.


Sólo hay que dejarse llevar.

1 comentarios:

Noviembre 30 de diciembre de 2010, 4:04  

Dejarme llevar será lo que haga tras leer esto... si me permites, claro.

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I know that spitting is a bad habit, but i can't help the taste...

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Que yo soy de leer cosas raras, y de escribir cosas aun peores...


Tú dices... yo imagino

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